A veces saber decir no es algo que nos cuesta una barbaridad, pero es de suma importancia que empecemos a practicar esa palabra para no perder el control de nuestra vida, para defender nuestros derechos, para valorarnos y valorar nuestro trabajo....
Pero al igual que saber decirlo es importante, creo que, el cómo se dice también lo es. No es lo mismo un no agresivo que un no con una explicación coherente detrás.
Por ello hoy el en blog, os muestro la técnica del bocadillo, que no solo nos va a ser útil para decir no, sino que además podremos aprender a expresar una crítica disminuyendo su carga negativa mediante el refuerzo positivo y la empatía.
Así que id a por boli y papel para apuntar esta receta.
Para empezar debemos dipositar una rebanada de pan en nuestro plato, inicio positivo, es decir, empezar empatizando con la postura del otro. Entender sus razones o motivos, y la importancia que tiene para él esa petición.
De ahí es bueno que le hagas saber que comprendes su necesidad, estés o no de acuerdo con ella, de un modo positivo y sincero.
Luego viene el relleno del bocadillo, expresar nuestra negación, o por así decirlo la parte más difícil.
Para ello lo mejor es decir no de un modo breve y conciso, sin enrollarte mucho en las explicaciones porque sino puedes crear ambigüedad. Puedes decir por ejemplo que en ese momento no puede ser, sin añadir carga de negatividad en tus palabras.
Y para terminar, ponemos otra rebanada de pan, que igual que al principio debe estar cargado de positividad.
Cerrar la conversación de un modo agradable, recalcando un aspecto positivo como por ejemplo "agradezco que hayas pensando en mí para perdirmelo", así aunque tu respuesta sea negativa a su petición, tu interlocutor no se sentirá agredido u ofendido. E incluso puedes darle alternativas para que pueda resolver su petición por otras vías.
VENTAJAS PERSONALES DE DECIR NO
Como os he comentado al principio, muchas veces pronunciar esa palabra puede resultarnos un drama, pero nos trae beneficios para toda la vida en diferentes hábitos.
Sin ninguna duda las personas que aprenden a decir no, tienen un mayor control en sus interrelaciones sociales y como no, de su vida en general. Además, saben que lo que pueden y no pueden hacer, vamos, son más realistas respecto a sus capacidades, tiempo, deseos y cualidades, puesto que conocen las ventajas y desventajas de adquirir un compromiso cuando se acepta una petición.
Es importante, y de igual modo, que si sabemos decir no, también debemos aceptar que nos digan no e incluso aceptar el no que pronunciamos.
Por otro lado, lo que aprenden a decir no de un modo coherente, acertado y respetuoso, ayuda a seguir manteniendo las buenas relaciones con los solicitantes, ya que dando una respuesta acertada y positiva (aunque estés diciendo que no), va a evitar que se creen malos rollos o entendidos. Quizás hoy digas que no, pero no quiere decir que lo hagas siempre, ¿verdad? En cambio si ese no está cargado de negatividad o agresividad, ten seguro que esa persona no va a pedirte nada más, y vuestra relación puede que se vea afectada por ello.
Y como no, los que saben decir no hacen que sus principios, valores y puntos de vista se respeten.
Y si la técnica del bocadillo o los argumentos que os he dado sobre las ventajas de saber decir no, no son suficientes y pensar que decir no aun puede haceros sentir algo culpables dejadme que os diga algunos consejos extra que os pueden ayudar.
Convéncete de que decir no es bueno: no olvides que tienes el derecho a decirlo, sea donde sea y a quien sea, independientemente de la persona a la que se lo digas o el contexto en el que te encuentres. Es tu decisión y no debes sentirte culpable por ella.
Tómate tu tiempo y decide: no te sientas con la presión de tener que dar una respuesta de inmediato. Cierto es que quizás ciertos asuntos con los que te topes sí necesitarán de una respuesta a corto plazo, pero siempre es bueno pensar antes de actuar y si tu no es definitivo, tendrás más argumentos para defenderlo.
Date prioridad: si el hecho de ayudar o complacer a los demás hace que tus prioridades pasen a segundo plano, hará que entres en un estrés por no poder cumplir con tus expectativas. Tus necesidades, tus prioridades y tú, será siempre lo primero.
Reconoce que no puedes complacer a todo el mundo: creo que esto es fundamental y debes repetírtelo una y mil veces si es necesario, como si fuese un mantra, y más si eres de esas personas que se siente mal después de decir que no. Debes aprender a poner límites. Cierto es que sí puedes complacer o ayudar a mucha gente, pero no a todos, y si lo intentas, creo que puedes hasta perder la cordura.
CONCLUSIÓN
Aprender a decir no de manera educada te permitirá que tomes el control de tu vida y te ayudará a poder enfocar tu tiempo hacia personas y actividades que son verdaderamente importantes para ti, eso sí, no olvides tus propias prioridades ¡eh!
Piensa que decir no, no significa que estés ignorando a los demás ni seas una persona egoísta.
Busca el equilibrio en todo ello, y recuerda que los derechos de los demás son tan importantes como los tuyos, así que lo mejor será ser asertivos y determinar en qué momentos podemos decir que sí y en qué momentos debemos negarnos.
Y tú, ¿te sientes culpable al decir no? ¿Usas alguna técnica en concreto?
Espero leerte en los comentarios.
¡Un saludo maj@s!
