Sé amable, cabezota, soñador@, posee ese punto de locura si es necesario, sé diferente, sé tu mism@.
Defiende tu autenticidad siempre, aunque no a tod@s guste.
Mantén esa esencia que te hace únic@, y no dudes ni un instante, que si logras ser fiel a ti mism@, tu mejor versión saldrá de ti si darte cuenta.
Lo sé, es una idea que a simple vista nos parece a tod@s lógica ¿verdad?
Pero ¿cuántas veces hemos renunciado a algo, nos hemos juzgado e incluso exigido, para no ser "los raros"? ¿Cuántas veces no hemos roto "las normas" porque es algo que puede que esté mal visto?
No respondas, porque si somos sincer@s, y me incluyo, unas cuantas.
Cuando dejamos de ser nosotr@s mism@s, para ser lo que l@s otr@s esperan, lo que la sociedad nos exige, vamos perdiendo poco a poco una de las cosas más hermosas de nuestro ser, nuestra propia identidad.
Y sin darnos cuenta, poco a poco, nos vamos convirtiendo en una persona "estándar", manejable y manipulable, a la que le dicen cómo vestir, cómo actuar, cómo pensar...
Poco a poco, y sin que seamos conscientes de ello, porque nos volvemos una pieza más del tablero, cuando deberíamos ser ese rey o esa reina, nuestros días van adquiriendo una tonalidad gris. Desaparecen los colores y ese brillo que nos alegra y nos motiva. La monotonía vence a la espontaneidad, y cuando nos damos cuenta de ello, estamos tan metidos en "la partida", que no sabemos cómo salir de todo ello.
Y sí, se puede, e incluso me atrevería a decir que es nuestra responsabilidad defender nuestra propia luz, descubrir aquello que nos hace distintos, y orgullecernos por ello, porque es precisamente lo que nos convierte en seres irrepetibles en un mundo de personas iguales, en el que todos, somos sustituibles.
Pero soy consciente, y quizás hoy más, y es gracias, en parte, por la etapa de mi vida que estoy viviendo, que ser un@ mism@, en una sociedad que está empeñada en crear clones, no es nada fácil.
Se nos educa para ser dóciles, para ser quienes se espera que seamos, por lo que, ser únic@, cuando precisamente, los indicadores nos marcan a todos un mismo camino y destino, no es fácil.
Pero me niego a ello, y por ello siempre voy a gritar a los cuatro vientos, que es importante que nos esforcemos, que nos obliguemos a nosotr@s mism@s a luchar, a defender lo que somos, lo que queremos ser, aunque con ello nos convirtamos en incomprendidos, en es@ niñ@ que juega sol@ en el patio del recreo o es@ emplead@ que no se calla las cosas, que no se deja pisar, que no agacha la cabeza.
Y sí, soy consciente que es muy pero que muy complicado, pero sin embargo, creo que si somos capaces de darnos esa oportunidad de ser nosotr@s mism@s, estaremos más y más cerca de esos momentos de felicidad real.
Lo sé, os he hablado en otras ocasiones en el blog de la importancia de ser un@ mism@, pero creo que es bueno que nos lo recordemos, me lo recuerde.
Y ¿por qué?
Porque eso te permite ser sincer@ contigo mism@. Porque no nos engañemos, el mayor problema al que nos enfrentamos si simplemente nos limitamos a complacer a los demás, a hacer lo que la sociedad, la familia, l@s amig@s espera de nostr@s, es que nos ponemos esa careta y nos engañamos a nosotr@s mism@s.
Ser un@ misma, también nos permite explorar nuevas ideas, vivencias, sensaciones, sentimientos... por lo que potencia nuestra creatividad.
Nos alejará del estrés, ya que actuaremos de acuerdo con nuestra naturaleza, pensamientos y decisiones.
Podrás rodearte de esas personas que sumen, porque sí te aceptan tal y como eres, y se creará una simbiosis única.
Nos ayudará a aumentar nuestra autoestima, que es uno de los mayores problemas por el cual no nos mostramos tal y como somos, porque no confiamos en nosotr@s mism@s.
Y uno de los puntos que más me gustan, nos arrepentiremos menos de lo que hacemos.
Así que no lo dudes, el mejor cumplido que pueden hacerte hoy en día es decirte que eres alguien únic@, diferente, e inclusive rar@, porque eso significa que no hay otr@ igual a ti, y que de un modo u otro estás dejando huella en esa persona.
Como dice el dicho, "cada persona es un mundo", así que no te limites a amoldarte a lo que piensa el resto, porque no dudes que siempre habrá ese quién, que te quiera y ame tal y como eres. Aunque esa primera persona siempre deberás ser tú mism@.
¡Un saludo maj@s!