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Channel: "Mi meta, tu salud" por Carolina Llovera
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RESILENCIA

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Seguramente much@s de vosotr@s habéis pensado que a veces la vida nos pone a prueba. Acontecen circunstancias que nos pueden llevar al límite y que hace que nos cuestionemos si en realidad tenemos la fuerza necesaria y la voluntad para poder superarlo y seguir adelante. Una enfermedad, una pérdida dolorosa, una ruptura, un fracaso, problemas financieros... entre otras, pueden ser situaciones que simplemente, nos superen.

RESILENCIA


Cuando eso ocurre tenemos dos opciones, dejar que esas situaciones nos venzan o intentar sobreponernos y salir con más fuerza, es decir, apostarlo todo por la resilencia.

Según la RAE, aunque ya sabéis que no soy muy amante de consultar definiciones ahí, es la "capacidad de adaptación de un ser vivo frente a un agente perturbador o un estado o situación adversos", pero personalmente añadiría que además podemos salir fortalecidos de esas situaciones. Es decir, ser resilentes implica tener la capacidad de reestructurar nuestros recursos en función de las nuevas circunstancias y necesidades, lo que implicaría además sobreponeros a esas adversidades y utilizarlas para poder crecer en muchos los niveles.

Ser conscientes y pensar que después de la tormenta viene la calma y que de esa tormenta podemos salir más fuertes, que la vida no es dura, sino que nos toca vivir momentos difíciles, sin más, ser optimistas, tener buen humor, y afrontar la vida con una de nuestras mejores sonrisas.

Los que me conozcáis un poco sabréis que suelo ser de esas personas, aunque debo confesar, y no me importa reconocerlo que sí, que hay situaciones que simplemente me superan. Es más, en la actualidad digamos que estoy viviendo una de ellas, por ello estoy más apartada del mundo 2.0, aunque espero retomar las riendas pronto.

Pero con el tiempo, y ya sabéis que el tiempo "lo cura todo", intento que esas situaciones que en algún momento han sido un golpe muy duro para mí, se conviertan en una experiencia única y  que se convierta en un aprendizaje que me haga crecer como persona y pensar en ellas con menos dolor y con una visión más optimista. 

Por ejemplo, creo que todos los que hemos perdido a alguien es imposible que no pensemos en ellos y sintamos un pinchazo en el corazón que nos haga sentir dolor por esa pérdida. Han pasado 4 años de la pérdida de mi abuela y aún me duele la verdad. Obvio que el dolor es diferente que al principio, pero no deja de ser dolor. Pero por otro lado, intento pensar en esos 32 años en los que pude disfrutar del amor de mi abuela, en esos momentos de complicidad, de aprendizaje, de risas y también llantos... e intento focalizar ese dolor de la pérdida en pensar que fui una afortunada por haber podido vivir todo aquello con ella, por haber tenido la dicha de tenerla en mi vida.

RESILENCIA


Y no, aunque much@s crean que siempre he sido así de optimista, se equivocan. No es algo que sea innato en mí, vamos, han habido situaciones que me han superado de tal modo que creo que no he podido ver el lado bueno de ellas jamás. Pero he luchado contra muchas otras situaciones adversas que me han puesto a prueba muchas veces y han hecho que saboree el fracaso, sabor que no me ha gustado en absoluto, así que he intentado desarrollar las habilidades necesarias para poder afrontar esos retos e intentar dar lo mejor de mí. Es decir, y quizás me equivoque, pero creo que las personas resilentes no nacen, se hacen. 

Y si yo he podido conseguir serlo, tenéis que creerme cuando os digo que cualquiera de vosotros podéis también serlo. ¿Cómo?

Os dejo algunos consejos que a mí me han ayudado.

Ser consciente de mis limitaciones pero también de mi potencial. Conocernos es sin duda nuestra mejor arma para poder enfrentar todas aquellos retos y adversidades. Saber en qué flaqueamos, cuales son nuestras limitaciones y defectos, y a la vez saber en qué ámbito somos fuertes y cuales son nuestras habilidades. De este modo podemos ser conocedores de nuestros recursos para conseguir nuestras metas de un modo objetivo y elegir el mejor camino para ello.

Ser creativa. No limitarnos a volver a pegar ese jarrón que se nos ha roto porque tenemos que ser conscientes que jamás va a poder ser el mismo por mucho que lo peguemos. Así que, lo mejor es coger esos trozos rotos y utilizarlos para crear uno de nuevo e incluso mejor del que teníamos, por ejemplo a modo mosaico y si es necesario añadir nuevos elementos. Con ello quiero decir, intentar transformar nuestras malas experiencias en algo positivo.

Confio en mis capacidades pero si es necesario pido ayuda. Como os he dicho, ser conscientes de nuestras limitaciones y capacidades va a ser nuestra mejor arma, pero confiar en que somos capaces de hacer los que nos propongamos es un paso más para lograr ser resilentes. Es decir, no perder de vista nuestros objetivos y dar cada paso con firmeza, eso nos dará la seguridad para avanzar. Pero a la vez también creo que es importante reconocer que en muchas situaciones en equipo se trabaja mejor. Así que es bueno no encerrarnos en nosotros mismos y pedir ayuda si es necesario.

Asumo las dificultades como oportunidades para aprender. La vida no es un camino de rosas, y de serlo, os recuerdo que aunque las rosas sean unas de las flores más bellas, tienen espinas. A lo largo de la vida nos hemos enfrentado y nos enfrentaremos a situaciones muy pero que muy dolorosas que seguramente harán que nos desmotivemos. Pero tenemos que intentar ver más allá, y asumir que esos momentos también pueden ser oportunidades para realizar cambios, aprender y crecer. Como os he dicho, después de la tormenta siempre llega la calma, vamos, tenemos que ser conscientes que aquellos momentos no van a ser eternos y que nuestro futuro depende de como reaccionemos. Cuando te llegue uno de esos, te propongo que te preguntes ¿qué puedo aprender de esto?

Vivir el aquí y el ahora. Aceptar que el pasado ha quedado atrás, con sus cosas buenas y malas, y que el mañana es un tiempo aun muy lejano. De nada nos sirve estar pensando en lo que ya ha ocurrido, y mucho menos de lo que puede llegar a ocurrir, lo importante es el ahora. Disfrutar de los pequeños detalles de la vida sin perder la capacidad de asombrarnos ante ella.

RESILENCIA


Soy objetiva, pero intento siempre ponerme las gafas que me permiten ver las cosas con optimismo. Siempre pensamos en que el vaso puede estar o medio lleno o medio vacío, pero muchas veces no caemos en que pase lo que pase, el vaso siempre se puede volver a llenar. 

Rodearme de personas positivas. Creo que esta es una de las premisas más importantes, huir de esos vampiros emocionales. De ese modo logro tejer una red sólida de apoyo y sé que puedo sostenerme en los momentos más difíciles. 

No puedo, no quiero ni intento controlarlo todo. Intentar tenerlo todo bajo control, no sé a vosotros, pero personalmente me crea un estrés y una tensión alucinante, además el hecho de intentar tenerlo todo bajo control hace que si las cosas no salen como una quiere nazcan las inseguridades, las frustraciones, la culpabilidad. Así que con el tiempo he aprendido a lidiar la incertidumbre y sentirme cómoda con ella, hecho que sinceramente, hace que disfrutes más del día a día.

Ser flexible. Aunque sé cuales son mis metas, cada día es diferente queramos o no, así que tener la flexibilidad suficiente que me permita cambiar mis planes e incluso adaptar mis metas creo que es esencial. No cerrarse a los cambios y valorar alternativas sin aferrarnos de un modo obsesivo a los planes iniciales. Porque como dice el dicho "todos los caminos llevan a Roma", creo que da igual dar un rodeo o coger un atajo, lo importante es avanzar.

Ser tenaz. Aunque confieso que en mi caso se podría definir como tozudez, porque sí, soy muy testaruda. Supongo que ahora pensaréis que me contradigo, porque acabo de deciros que es importante ser flexible, pero son cualidades que se complementan. Es decir, soy flexible sí, pero no renuncio a lo que quiero, y aunque me adapte a los cambios e incluso los busque, no dejo de luchar por ello. La base está en la motivación para mantenernos firmes y poder avanzar hacia nuestro propósito.

Afrontar las adversidades con humor. Ahora quizás entenderéis el porqué de mis cartelitos mañaneros y porque siempre os digo que hablar de temas de salud ni tiene porque ser aburrido. Es importante reírse hasta de lo malo, porque esa risa puede ser nuestra mejor aliada para mantener el optimismo y poder ver el lado bueno de las cosas.

No tengo miedo a pedir ayuda de los demás. Confieso que era una persona que sí, en términos generales me costaba horrores pedir ayuda, fuese por lo que fuese. Una ruptura, un fracaso, pueden ser situaciones duras y creo que no pasarlas solos es importantísimo para poder superarlas. Por no hablar de buscar ayuda profesional si es necesario.

RESILENCIA


Para finalizar quería compartir con vosotr@s esta frase, "Si no está en tus manos cambiar una situación que te produce dolor, siempre podrás escoger la actitud con la que afrontes ese sufrimiento". -Victor Frankl-.

Así que tú elijes.

¡Un saludo maj@s!
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